miércoles, 11 de abril de 2012

Mujeres que aman demasiado

(...) "A menos que tengamos autoaceptación y amor propio, no podemos tolerar que nos "conozcan", porque sin esos sentimientos no podemos creer que somos dignas de ser amadas tal como somos. En cambio, tratamos de ganar amor dándolo a otra persona, siendo maternales y pacientes, sufriendo y sacrificándonos, proporcionando una vida sexual excitante o cocinando maravillas, o lo que sea.
Una vez que la autoaceptación y el amor propio empiezan a desarrollarse y arraigarse, entonces estamos listas para practicar conscientemente el solo hecho de ser nosotras mismas sin tratar de complacer, sin actuar de maneras calculadas para ganar la aprobación y el amor de otros. Pero el hecho de eliminar la actuación, si bien es un alivio, también puede asustarnos. Cuando nos mostramos como somos en lugar de actuar, nos invade una sensación de torpeza y vulnerabilidad. (...) Al principio, el hecho de dejar de actuar nos hace sentir heladas. Cuando ya no estamos dispuestas a hacer las maniobras calculadas para producir un efecto determinado, hay un período de tiempo durante el cual sufrimos por no saber qué hacer hasta que nuestros impulsos genuinos de amar tengan oportunidad de hacerse oír y sentir para afirmarse.
Renunciar a las viejas estratagemas no significa que nunca nos acerquemos, nunca amemos, nunca atendamos, nunca ayudemos, nunca tranquilicemos ni estimulemos ni seduzcamos a nuestra pareja. Pero con la recuperación, nos relacionamos con otra persona como expresión de nuestra propia esencia, no porque tratemos de obtener una respuesta determianda o de crear un efecto o de producir una modificación en él. En cambio, lo que tenemos para ofrecer es lo que somos de verdad cuando no nos escondemos ni calculamos, cuando estamos sin disfraz y sin maquillaje.
Primero debemos vencer nuestro miedo a sentirnos rechazadas si permitimos que alguien nos vea de verdad, nos conozca de verdad. Luego debemos aprender a no sentir pánico cuando todas las fronteras emocionales ya no estén en su lugar, rodeándonos y protegiéndonos. En el áerea sexual , esta nueva calidad de relación no sólo requiere que estemos desnudas y vulnerables físicamente, sino también emocional y espiritualmente desnudas y vulnerables.
¿Qué hace que el riesgo valga la pena? Sólo cuando nos revelamos de verdad podemos ser amadas de verdad. Cuando nos relacionamos tal como somos, a partir de nuestra esencia, entonces si nos aman, aman nuestra esencia. Nada es más valorable en un nivel personal y más liberador en una relación. Sin embargo, cabe destacar que esta clase de comportamiento de nuestra parte sólo es posible en un clima libre de miedo, de modo que no sólo debemos vencer nuestros propios miedos a ser genuinas sino también evitar a las personas cuyas actitudes y conductas para con nosotras nos produzcan miedo. (...)
Lo que sucede a menudo con la recuperación es que, a medida que cambian nuestros patrones de relación, también cambian nuestros círculos de amistades y nuestras relaciones íntimas. (...)
En resumen, la recuperación le cambiará la vida en más formas de las que yo pueda predecir en estas páginas, y a veces eso le resultará incómodo. No deje que eso la detenga. El miedo a cambiar, a renunciar a lo que siempre hemos conocido, hecho y sido, es lo que previene nuestra metamorfosis hacia un yo más sano, más elevado y de un amor más genuino.
No es dolor lo que nos retiene. Ya estamos soportando niveles alarmantes de dolor sin perspectivas de alivio a menos que cambiemos. Lo que nos retiene es el miedo, el miedo a lo desconocido."



Estracto del libro "Las mujeres que aman demasiado."

No hay comentarios:

Publicar un comentario