Ningún corazón se endurece porque sí
sábado, 11 de diciembre de 2010
-Hola Señora Siesta.
-Te estaba esperando! Ya te extrañaba.
-Créame que yo también, hace rato andaba necesitando de su compañía.
-Cuántas horas te quedás hoy?
-Indefinidas Señora, indefinidas.
Feliz? Sísí, muy feliz.
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